El parking asociado a la antigua discoteca podría formar parte de un espacio más extenso de entierro o bien de estructuras de hábitat a las que serían asociados a los enterramientos.
El resultado del estudio antropológico y cronológico realizado a los restos humanos descubiertos en la playa de las Coves de Sitges a finales de enero del 2017 pone de manifiesto la hipótesis de que el parking asociado a la discoteca La Atlántida podría formar parte de un espacio más extenso de entierro o bien de estructuras de hábitat a las que serían asociados los enterramientos mencionados. Es una de las principales conclusiones del trabajo de investigación liderado por el arqueólogo Joan Garcia Targa y la antropóloga Núria Armentano, ambos contratados por la empresa Pisos.
El hallazgo, que permitía identificar a simple vista los restos craneanas, una mandíbula con piezas dentarias y algunos fragmentos de tejas romanas, se transformó en tres enterramientos individuales a raíz de la excavación cuidadosa que se efectuó el día 9 de febrero. El coste de la excavación fue asumido por el Servicio de Arqueología de la Generalidad de Cataluña.
Según el estudio antropológico, uno de los esqueletos corresponden a un hombre de 30-35 años de edad, de constitución robusta, y corta cercana al 1,65 m. Este esqueleto presenta una lesión traumática consolidada a nivel de la clavícula izquierda, y alteraciones articulares afectando el esqueleto vertebral dorsal, con la calcificación de los ligamentos amarillos. Los restos de los otros esqueletos, delimitadas por tejas, corresponden, por un lado, a una chica de unos 15 años y los otros restos, muy dañadas, a un bebé de menos de seis meses de vida.
Los restos esqueléticos de la joven y el bebé no presentan anomalías ni patología. Más allá del hecho de encontrarse enterrados próximos, no hay evidencias que permitan relacionar familiarmente estos tres individuos, más bien su hallazgo es indicativa de un posible cementerio o zona de necrópolis mucho más amplia, de la que sólo se n ‘ han recuperado estos tres individuos.
Durante el proceso de excavación el único material que indicaba que podían ser romanos eran los fragmentos de tejas que delimitaban una especie de ataúd dentro del que se encontraba el entierro de la chica joven.
Los restos esqueléticos de los tres individuos se encuentran incompletas, especialmente las del niño, del que sólo se han recuperado unos pocos elementos esqueléticos de las costillas y extremidad inferior. Los otros dos esqueletos carecen especialmente los elementos óseos de la parte derecha del cuerpo y cráneo. De los tres enterramientos se han recuperado sólo parcialmente sus huesos y sorprende que estos presenten un buen estado de conservación esquelética, a pesar de haber estado en prácticamente constante contacto con el agua. También sorprende la posición de los esqueletos, que en general mantenían una muy buena articulación anatómica.
A finales de mayo, cuatro piezas dentarias correspondientes al individuo adulto ya la chica joven fueron enviados al laboratorio Beta Analytic de Miami (Florida, Estados Unidos) para efectuar los estudios de Carbono 14. Para averiguar con mayor precisión el momento de entierro de los cuerpos en esta zona del municipio se utilizó la datación por Carbono 14 como método más fiable. La empresa Altima, de servicios funerarios, gestora del cementerio de Sitges entre otros, ha patrocinado este estudio, cuyo resultado fue notificado a finales de la primera quincena de junio.
Las analíticas efectuadas a los restos óseos presentan cronologías diferentes: el Individuo 2 (50-180 después de Cristo) y el Individuo 3 (222-385 después de Cristo), por lo tanto, fueron enterrados en diferentes momentos. Parece pues evidente la continuidad en el uso de este espacio como zona de enterramiento teniendo en cuenta los límites antiguo y moderno de las dataciones efectuadas extienden entre el 50 y 385 de nuestra Era.
Considerando que la línea costera en época romana se encontraría 150 metros más lejos que la actualidad se puede presentar como hipótesis la posibilidad de que se puedan documentar otros enterramientos cerca de los recuperados en febrero de este año.
El yacimiento romano más cercano es el relacionado con la ermita de Santa Margarita, que según los materiales recogidos en superficie podría estar ocupado entre los siglos III antes de Cristo y el III de nuestra era.
La documentación, la excavación y el estudio antropológico y cronológico de los enterramientos constituye un punto de referencia dentro de la ocupación romana en el municipio que se encuentra tanto en el Puig Antiguo de Sitges (Ayuntamiento, Archivo Histórico, Biblioteca, C. Nou) con espacios destinados al procesado y comercialización del vino, como en la zona del Vinyet, con una casa de campo romana. Se trata pero de las primeras tumbas romanas excavadas en el municipio, documentadas de forma adecuada y con una datación absoluta.
La concejalía de Cultura, Tradiciones y Fiestas, Rosa Tubau, asegura que «la última excavación arqueológica realizada en la playa de las Coves ha permitido dar un paso importante más para conocer el origen de nuestra villa, saber de dónde venimos. El ayuntamiento de Sitges considera fundamental difundir el patrimonio cultural y arqueológico para reconstruir la historia de nuestros antepasados. Y el hallazgo reciente podría poner al descubierto una posible necrópolis romana a toca de la discoteca Atlántida. De confirmarse esta hipótesis permitiría descubrir más información relacionada con la historia antigua de Sitges, una historia que el año pasado permitió realizar visitas guiadas por el casco antiguo de la ciudad con el objetivo de dar a conocer el origen de la villa mediante los restos arqueológicos que tenemos por diferentes espacios de Sitges «.
hallazgo descubierta
El temporal de levante de finales de enero de 2017 en la Playa de las Cuevas de Sitges puso al descubierto restos humanos. El día 9 de febrero se procedió a la excavación de este hallazgo, patrocinada por el Servicio de Arqueología de la Generalidad de Cataluña y dirigida por los arqueólogos de la empresa Áticos Joan Garcia Targa y Núria Armentano Oller, con la colaboración de María Ángeles Matías, Sofía Aldeco Cobo, Antoni Franco y Josep Carbonell Vidallet. El equipo de trabajo fue completado por el topógrafo Marc Clavaguera que efectuó un plano detallado.